El pitcheo abridor había sido el sello distintivo de Dodgers durante una década de dominio. No ha sucedido así este año.
LOS ÁNGELES -- Cuando Los Angeles Dodgers aseguraron su división el sábado en Seattle, Clayton Kershaw lanzó sólo cuatro entradas. Hizo 56 lanzamientos, 16 de ellos rectas que no alcanzaron las 90 mph, pero no permitió carreras. Sus 12 outs fueron seguidos por otros nueve del novato Emmet Sheehan, quien entregó el resto del juego a los relevistas de alto apalancamiento del equipo, logrando la victoria número 90 de los Dodgers esta temporada y solidificando su décimo título de la Liga Nacional Oeste en 11 años. En total, se utilizaron siete lanzadores.
Este es, esencialmente, el plan para octubre.
Los Dodgers pronto presentarán lo que podría ser su rotación de postemporada con menos personal en este siglo, una circunstancia que requiere ingenio. Los abridores saldrán temprano, ocasionalmente serán precedidos por openers y en ocasiones se les pedirá que lancen en tándem. El desgaste de su personal lo exige.
Dustin May (distensión del tendón flexor) y Tony Gonsolin (ligamento colateral cubital desgarrado) se sometieron a cirugías que pusieron fin a su temporada a principios de este verano. Noah Syndergaard, firmado con un contrato de $13 millones durante el invierno, fue canjeado a mitad de temporada después de varias malas actuaciones. Julio Urias, el abridor del día inaugural del equipo, se encuentra en licencia administrativa luego de acusaciones de violencia doméstica y no se espera que regrese esta temporada. Y Walker Buehler, quien se sometió a su segunda cirugía Tommy John hace 13 meses, no pudo regresar a tiempo para tomar parte del trabajo, una búsqueda extremadamente ambiciosa para empezar.